La muerte de los artistas


¿Cuánto mis cascabeles tendré que sacudir
Y besarte la frente, triste caricatura?
Para dar en el blanco, de mística virtud,
Mi carcaj, ¿cuántas flechas habrá de malgastar?

En fintas sutilísimas nuestra alma gastaremos,
Y más de un bastidor hemos de destruir,
Antes de contemplar la acabada Criatura
Cuyo infernal deseo nos colma de sollozos.

Hay algunos que nunca conocieron a su ídolo,
Escultores malditos que el oprobio marcó,
Que se golpean con saña en el pecho y la frente,

Sin más que una esperanza, !Capitolio sombrío!
Que la Muerte, cerniéndose como sol renovado,
Logrará, al fin, que estallen las flores de su mente.

CHARLES BAUDELAIRE.

jueves, 30 de junio de 2011

Analisis de sus obras

Nelson Román ha ido formando su propio mundo de formas y de símbolos lo mágico que usa para plasmar en sus pinturas un ritual de lo viejo, lo nuevo, lo consagrado, lo excomulgado, lo bello, lo feo, etc.
Es por esto que Nelson Román en sus obras utiliza mascaras, plumas.
Trata de plasmar lo pasado, hechos, acontecimientos, destrucción, construcción, el sueño y la realidad avanzan al mismo tiempo.
“El horror es el tema central de la pintura de Román; sus monstruos: brujas, enanos, dictadores, fetos, locos, desechos humanos, circulan en sus cuadros, como en las calles y plazas de América latina.”


La Santísima Trinidad

Román para  transmitir  sus conceptos  modifica y simplifica las imágenes adjudicándoles nuevos valores;  ángeles enmascarados que levitan, vírgenes que  dejan su características etéreas para compartir con el pueblo;  además emplea  objetos que  no son incoherentes más bien adquieren un papel trascendente que caracteriza y distingue a cada personaje, es decir los individualiza e identifica. En sus lienzos traza formas inquietantes y  sugerentes símbolos, que descansan sobre la cabeza de los personajes o se dispersan en el todo compositivo, esto nos llevan a cuestionar el enigma de las cosas, las plumas son utilizadas en collage y  las máscaras dejan de ser un objeto  empleado para ambientar un espacio   y se  convierten   en actores participes,  es decir en exponentes de tradiciones

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